Los camaradas me dejaron
una pintada en la puerta
de traidor al pueblo.
Antes mataron a mi perro
y después al gato.
Y aún no conforme
se llevaron del patio
el Mickey Mouse
que mi mujer atesoraba
como a un fetiche.
Y todo, porque a un
diplomático se le ocurrió
regalarme mi álbum
de jazz favorito
junto a un par de botellas
de bourbon gringo.
Daniel Montoly (Rca. Dominicana)







0 Response to "LOS VICIOS DE UN PEQUEÑO BURGUÉS"