DESANIDADO
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A Nydia Reinal
Cuando observo
la hierba sin consecuencia
serena y elástica
y esas semillas rosadas
que comen los pájaros
y el follaje bailador del pirul
me siento dentro y fuera
en un alma de péndulo
que mira hacia abajo
e inventa el músculo flexible
de un vals que recorre la piel
de las formas
como si fueran los pasos
de un himno matinal superior
que a diario se estremece
Laura Solórzano (México)
¿Qué pasaría con nosotros los nadadores
si nos quitaran los carriles en la alberca?
nadaríamos cuerpo a cuerpo
tan juntos que
olvidamos que tenemos un cuerpo
ese cuerpo es llevado hacia adelante
en una dirección invisible
marcada por alguien
adelante tope regreso adelante tope regreso
cuerpos como ranas
peces
tiburones
plantas bailadoras
ranas
simples ranas
haciendo croac en el azul traslúcido tela delgadísima
los ojos detrás de goggles
el cabello sumergido en gorros elásticos
movernos con la gracia parca
básica
con la fuerza que nos queda:
columnas de un edificio
que va hacia ninguna parte
pero continúa
***
Brenda Ríos (México)
Háblame de las horas que perdimos
en qué pisada de talco frente al ortopedista
quién miró ningún pájaro en la ventana
cómo desapareció el silbido inconstante
entre las hojas de cuál lluvia
porque diario llovía y diario cantaba
desde el mismo lugar otra figura de yeso
dame otra firma
háblame de las horas que perdimos
sin retorno posible aunque nuestras manos enciendan
otra vez mecheros de Bunsen sobre las mesas del laboratorio
aunque la consola de la escuela entone La Bikina
porque ninguna carta guarda la voz que descubrimos
y aquel volumen de la revista que publicó
tu retrato resulta inconseguible
porque habrás olvidado las tres líneas
de lo que tú llamaste mi primer poema
hoy comprendes nuestro canto nunca estuvo
en la cueva que inventamos en su honor
sino en la necesidad de retener
nunca la tuvimos su presencia
ésta es la clave para practicar el aturdimiento de la memoria
cuando hablo contigo estoy diciendo a todos
una frase interminable que tus labios me dieron
un estilo para hablar de las horas perdidas
una forma sin espacio que nombra el espacio
donde nada crecerá nuevamente
donde nunca estaremos nuevamente
si la tarde controla cielos morados
si aprehendemos la cercana estación
para ofrendar a los muertos nuestras manos vacías
sin mecheros de Bunsen ni fórmulas de hacer fuego
sin control sobre los recuerdos ni lástima para el descuido
que nos llama como falso espejo en la boca
un suspiro sin cuerpo lo reitera epílogo de los días
no es posible traducir tu lenguaje sin traición…
Inti García Santamaría (México)
No hay nadie


